CaraboboLaraProfundidad de la EHCSaludServicios de saludSociedad civil

«La situación que vivimos es crítica», denuncian pacientes de diálisis en Valencia y Barquisimeto | vía: Efecto Cocuyo

Mariana Souquett Gil @nanasouquett | Venezuela | 27 de abril de 2023 | Foto: Fundarenalca

Cada semana, las personas con enfermedad renal crónica en Valencia y Barquisimeto enfrentan un problema diferente en sus unidades de diálisis. Si un día falla la electricidad, otro día falta el agua. Cuando no hay problemas con la planta de ósmosis, es el aire acondicionado el que no funciona. Tampoco cuentan con suficiente personal.

El 25 de abril, pacientes de la Unidad de diálisis Valencia Sur, en Valencia, estado Carabobo, protestaron en la entrada del centro. Entre sus motivaciones estaban las múltiples fallas del servicio eléctrico y del suministro de agua, que constantemente les impiden dializarse.

«La situación que vivimos en la unidad es crítica. Dos veces por semana tenemos la problemática del agua y hoy tuvimos problemas eléctricos por las lluvias. Tenemos una planta eléctrica que prende, pero no está en funcionamiento por falta de gasoil», contó Onésimo Muñoz, paciente renal, a Efecto Cocuyo este 27 de abril. 

Para poder tener agua y dializarse, los 120 pacientes del centro dependen de camiones cisternas, ya que a la unidad no le llega agua por tuberías. Aunque los conductores de las cisternas tengan la intención de ayudar, en ocasiones no tienen cómo trasladarse por falta de combustible. 

Debido a estas fallas, han tenido que acortar el tiempo del tratamiento sustitutivo renal: aunque deben dializarse entre tres horas y media y cuatro horas, les dan solo dos horas y media o máximo tres horas de diálisis. 

Pacientes exigen al gobernador Rafael Lacava que visite la unidad y
constate las fallas | Foto cortesía Fundarenalca

De acuerdo con Muñoz, vocero de la Fundación Renal Carabobo y paciente desde hace 14 años, otro de los factores que inciden en el tiempo de tratamiento es la falla de la planta de ósmosis, necesaria para el tratamiento del agua en la diálisis. En las últimas semanas se le rompió un tubo y, aunque se arregló, se volvió a dañar. 

«También está en una situación de abandono: no se le hace mantenimiento, no le cambian los repuestos», añadió Muñoz. 

El aire acondicionado de la Unidad de diálisis Valencia Sur no funciona, por lo cual los pacientes se someten a la diálisis bajo un calor que describen como «horrible». Los lavamanos de los baños tampoco están operativos. Además, deben lidiar con la acumulación de basura, que pasa hasta tres meses sin ser recogida.

Igualmente son atendidos por escaso personal: en uno de los turnos de esta semana solo hubo tres enfermeras para 19 pacientes, cuando debería haber una enfermera o enfermero cada tres pacientes. 

«Es horrible el caos que vivimos. Les pedimos a las autoridades, al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss), porque esta unidad pertenece al Ivss, les pedimos la mayor colaboración posible de que nos presten atención, porque estamos en una situación precaria». 

De acuerdo con Muñoz, vocero de la Fundación Renal Carabobo y paciente desde hace 14 años, otro de los factores que inciden en el tiempo de tratamiento es la falla de la planta de ósmosis, necesaria para el tratamiento del agua en la diálisis. En las últimas semanas se le rompió un tubo y, aunque se arregló, se volvió a dañar. 

«También está en una situación de abandono: no se le hace mantenimiento, no le cambian los repuestos», añadió Muñoz. 

El aire acondicionado de la Unidad de diálisis Valencia Sur no funciona, por lo cual los pacientes se someten a la diálisis bajo un calor que describen como «horrible». Los lavamanos de los baños tampoco están operativos. Además, deben lidiar con la acumulación de basura, que pasa hasta tres meses sin ser recogida.

Igualmente son atendidos por escaso personal: en uno de los turnos de esta semana solo hubo tres enfermeras para 19 pacientes, cuando debería haber una enfermera o enfermero cada tres pacientes. 

«Es horrible el caos que vivimos. Les pedimos a las autoridades, al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss), porque esta unidad pertenece al Ivss, les pedimos la mayor colaboración posible de que nos presten atención, porque estamos en una situación precaria». 

Tampoco cuentan con nefrólogos, nutricionistas ni psicólogos | Foto cortesía Fundarenalca

En Lara también hay fallas

Entre el 10 y el 14 de abril, las personas que se dializan en la Unidad de Diálisis Barquisimeto, en el estado Lara, padecieron tres cortes eléctricos —no programados— en diferentes días y durante distintos turnos de atención. Estos apagones ocurrieron mientras había pacientes conectados a las máquinas.

«Interrumpen el tratamiento de diálisis, afectando la salud del paciente en diálisis y la vida útil de los riñones artificiales, las plantas de ósmosis, los aires acondicionados», dijo Carmen Padilla, paciente de la unidad, a Efecto Cocuyo«Hay días que solo son fluctuaciones pero igual afectan a los riñones artificiales porque se apagan, y ya sus baterías internas no sirven».

Padilla es una de las 270 pacientes que se dializan en la unidad. Durante los 9 años que acumula en hemodiálisis ha presenciado cómo ha desmejorado la situación del centro asistencial. 

«Hablamos de tratamientos de mala calidad (hierro, vitamina B12, eritropoyetina, paricalcitol) disminución de horas de tratamiento, poco mantenimiento a las plantas de ósmosis, deterioro de la planta física de la unidad de diálisis. El paciente y sus familiares deben costear tratamientos, exámenes, consultas», añadió. 

Cuando los pacientes quedan a oscuras deben ser reconectados de
forma manual y algunas baterías ya no sirven | Foto cortesía

Las personas y sus familias deben costear la compra de catéteres, su colocación, al igual que las cirugías de fístulas y prótesis para diálisis. De acuerdo con Padilla, en el sector público tampoco hay suficientes cirujanos vasculares que realicen estas intervenciones. 

Además, enfrentan el racionamiento de la gasolina subsidiada: solo les dan 30 litros según el terminal de placa, realidad que limita no solo su traslado hacia la unidad para recibir tratamiento sino también su movilidad para consultas médicas, exámenes y cuando requieren hospitalización.

«Hay pacientes que viven lejos de Barquisimeto y 30 litros de gasolina no les alcanza porque no siempre podrán equipar gasolina en vista de que dan cupos limitados por cada unidad de diálisis, siempre y cuando llegue combustible», expresó.