Condiciones de VidaIntensidad de la EHCMigración forzosaSociedad civil

La odisea de los Ulises por la frontera sur | vía: Prodavinci

Morelia Morillo | Venezuela | 25 de marzo de 2024

Migrar a pie, llegar a un refugio, parar en la calle, un idioma distinto, otras costumbres, el aislamiento, todo se junta en un cuadro de nostalgia, tristeza recurrente, diagnósticos de ansiedad y depresión. El psiquiatra Joseba Achotegui lo nombró síndrome del migrante con estrés crónico, o síndrome de Ulises.

Luis* había perdido peso y sufría de insomnio. A sus 44 años, pasó varios días pensando qué hacer hasta que se animó a cruzar la frontera desde Santa Elena de Uairén, donde vive, hasta el Centro de Atención Psicosocial (CAPS) en Pacaraima, la organización gubernamental de Brasil que se dedica a la atención de salud mental. Del lado de Venezuela no pudo acceder a este servicio, ya que la única consulta psicológica es privada y no tenía el dinero para pagarla.

Se sintió muy bien atendido. Una enfermera hizo una retahíla de preguntas y le marcó una cita para la siguiente semana con el médico. Regresó, le hicieron una revisión rápida y, sin explicaciones, el especialista le indicó una tableta por noche de clorhidrato de amitriptilina de 75 miligramos, un antidepresivo recomendado para la ansiedad y el sueño. Ese segundo día retiró el medicamento en la farmacia del CAPS y agendó la consulta con el psicólogo para una semana más tarde.

A la tercera semana acudió a la cita con el psicólogo, pero no fue atendido. Le dijeron que el especialista había tenido que regresar a Boa Vista, la capital del estado de Roraima, a 230 kilómetros de la frontera. La siguiente cita quedó marcada para 15 días más tarde. Luis escribió por WhatsApp para confirmar y nunca recibió respuesta. Llegó diciembre de 2023, dos meses desde que acudió al CAPS Pacaraima por primera vez. Desistió.

“Nuestros equipos han identificado síntomas de depresión, ansiedad y estrés agudo en 69% de los pacientes”, escribió en enero de 2022 Elena Graglia, coordinadora médica de Médicos Sin Fronteras en Roraima. En octubre de 2022, el Comité Ejecutivo del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), consciente de la crisis de salud mental, instó a los países a aumentar la disponibilidad de servicios de salud mental y apoyo psicosocial para los refugiados y otras personas desplazadas, incluido el acceso a los servicios sociales y de salud nacionales.

Para leer el reportaje completo, haz clic aquí.