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Los niños en la línea | vía: Prodavinci

Laura Clisánchez | Venezuela | 22 de marzo de 2024

Junto a sus familias, niños, niñas y adolescentes venezolanos cruzan la frontera con Brasil en busca de la atención médica que no han podido recibir en Venezuela. En 2022, 12.826 niños y niñas venezolanos recibieron atención en el único hospital pediátrico del estado de Roraima, puerta de entrada de la migración: 626 de ellos fueron hospitalizados. En 2023, la cifra aumentó a 14.032 atendidos —1.341 hospitalizados— de acuerdo con los registros oficiales.

Karina es un milagro. Al menos eso dice su mamá, Edith Contreras. Tiene cinco años y nació con 42 semanas de gestación y en estado crítico. Pasó sus primeros cuatro días de vida en una incubadora en el Hospital Luis Razzetti de Barinas, en los llanos venezolanos. Cuando se recuperó, se fueron a casa.

Su familia se trasladó a Santa Elena de Uairén, la capital del municipio Gran Sabana del estado Bolívar, como última estación antes de emigrar a Brasil en busca de mejores empleos y un mayor ingreso económico. Ahí vivieron los primeros tres años de Karina. La niña comenzó a bajar de peso sin razón aparente.

Edith visitó a su madre en un momento de nostalgia. Viajó casi 1.587 kilómetros hasta Barinas. A Karina le comenzaron a aparecer pequeños bultos en la cabeza. Se notaban cada vez más cuando Edith le peinaba el cabello. Cuando tenía 5 años, pesaba 11 kilogramos, 7 menos del mínimo recomendado para su edad según las curvas de crecimiento de la OMS publicadas por el Instituto Nacional de Nutrición.

‍La llevaron al pediatra.

—La niña tiene el corazón más grande de lo normal, no puedes llevártela —le dijo el médico a Edith.

‍Karina tenía que permanecer hospitalizada bajo observación médica por al menos un mes, hacerse una serie de estudios cardíacos, neurológicos y cumplir con tratamientos que su madre no podía costear y que no estaban disponibles en el hospital de Barinas. Esto era necesario para planificar una intervención quirúrgica que no podían aplazar.

Edith se quedó sin ahorros para pagar el tratamiento y estudios al octavo día de hospitalización. “Tienes que irte. Vete”, le aconsejó su madre. Así lo hizo. Preparó todo para regresar junto a su niña a Santa Elena de Uairén, el punto más cercano a su próximo destino: Brasil, el tercer país de acogida de migrantes y refugiados venezolanos, que en noviembre de 2023 reportaba 515 mil, según R4V, la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela.

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