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Horario mosaico trae como consecuencia niños más vulnerables, advierte Fenasopadres | vía: Efecto Cocuyo

Albany Andara Meza | @AlbanyAndara | Venezuela | 4 de noviembre de 2023 | Foto: Mairet Chourio

Expertos advierten que la modalidad de horario mosaico —que se aplica en 80 % de las escuelas del país— ha traído como consecuencia niños y niñas cada vez más vulnerables, debido a que no todos los padres pueden pagar por tareas dirigidas o guarderías y en muchos casos se ven obligados a dejar a sus hijos solos en casa.

A veces, los representantes dejan a los pequeños al cuidado de familiares o vecinos, que usualmente no tienen la capacidad de responder por completo a las necesidades de los niños o atenderlos por varias horas.

Sobre el tema, la Federación Nacional de Sociedades de Padres y Representantes (Fenasopadres) indicó que los jóvenes venezolanos que ven clases solo dos o tres días a la semana se ven expuestos a la violencia o al abandono.

“¿Qué pasa con esos niños cuando no reciben clases? Pasa que no hay un adulto responsable porque este se tiene que ir a trabajar para garantizar el mínimo ingreso al hogar y quedan absolutamente desprotegidos y con una altísima vulnerabilidad para ser víctimas de acoso o abuso por parte de adultos cercanos a la familia, vecinos o extraños”, explicó Nancy Hernández, presidenta de Fenasopadres a Efecto Cocuyo.

En la modalidad de horario mosaico u “horario de contingencia”, los maestros venezolanos trabajan de dos a tres días por semana y el resto de las jornadas se dedican a oficios que les generen ingresos extra, debido al bajo salario que perciben como educadores (entre 6 y 25 dólares mensuales).

“El problema ha llevado que los docentes promuevan acuerdos con padres y representantes. Pero debemos recordar que la gran mayoría de las familias venezolanas no tiene las posibilidades de enviar a sus hijos a la escuela todo los días, por escasez de alimentos en el hogar, la crisis del transporte y problemas económicos”, dijo Hernández.

Ocho días de clases al mes

En promedio, un niño que asiste a una escuela con horario mosaico tiene ocho días de clases al mes y veintidós días libres. Algunos padres optan por inscribir a sus hijos en casas de tareas dirigidas, donde la cuota a cancelar puede variar de entre 4 y 10 dólares semanales (De 16 a 40 dólares mensuales).

Mientras tanto, el sueldo mínimo del país sigue estancado en 130 bolívares equivalentes a 3 dólares de acuerdo con la tasa de cambio del Banco Central (BCV).

Según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), en el primer trimestre del año 2023 estimó el salario promedio de trabajadores de empresas privadas, en el área de comercio y servicios, se hallaba en 141 dólares al mes.

Por ello, los que tienen más de un hijo prefieren dejar a los pequeños en sus hogares e incluso llevarlos consigo a sus puestos de trabajo. En cualquiera de los dos casos, los estudiantes dejan de acceder al conocimiento y su desarrollo cognitivo se empieza a ver comprometido.

La situación es grave, advierte Hernández, porque las cifras de abandono escolar podrían aumentar el próximo año. La especialista asegura que el 27 % de los niños venezolanos ha abandonado el sistema educativo a la fecha. Instituciones comienzan a registrar el problema en la actualidad, incluso en la capital del país.

“Tenemos el nuevo año escolar con la misma problemática salarial y los maestros diciendo ‘Yo trabajo dos días’. Hay un problema con los padres que tienen varios niños, que si el de sexto grado no coincide con los otros dos, la mamá no los manda. Esto es algo que ha pasado en muchas escuelas”, explicó recientemente Lennys Toro, la directora de la Unidad Educativa Rafael Napoleón Baute, en el municipio Sucre.

Dónde se quedan los niños

“Yo tengo una de cuatro años y otro de 12. El grande se puede quedar solo, pero la niña me la tengo que llevar al trabajo. No le puedo montar esa responsabilidad al mayor, porque es un muchachito. Yo hablé con mi jefa y dejo a la bebé sentada atrás del mostrador, con mi teléfono. Y así no fastidia a nadie. A veces, la cuida mi cuñada”, explicó Yuli Vargas, quien trabaja como cajera en Chacaíto, municipio Libertador, de Caracas.

Su hija va al preescolar solo lunes y miércoles. Los otros días acompaña a su madre al trabajo en una tienda de ropa.

Carlos Cáceres deja a sus dos hijos de seis y nueve años en varios sitios dependiendo del día de la semana: se quedan en casa de su abuela en San Bernardino los miércoles, los jueves con su tía y los viernes en la peluquería en la que labora la madrastra, esposa actual de Cáceres.

“Me van ayudando, porque los chamos van a clases lunes y martes. Me gustaría meterlos en fútbol o algo así, para que hagan algo durante las tardes. Pero es caro, me cuesta porque son dos”, expresó Cáceres a Efecto Cocuyo.

Hernández señaló que el primer lapso de este año académico es extremadamente corto y que es poco probable que los estudiantes adquieran los conocimientos necesarios porque pasan la mayor parte del tiempo fuera de la escuela.

“Acaban de convocar un evento electoral para la primera semana de diciembre, lo que indica una semana más en suspensión de clases. Estamos hablando de más de ocho millones de niños y adolescentes que corren el riesgo de no recibir los aprendizajes, de avanzar cada vez menos en habilidades y capacidades”, recordó.

Qué dicen los maestros

El 3 de octubre, primer día de clases del período 2023 – 2024, múltiples instituciones convocaron reuniones con padres. En esos encuentros, profesores indicaron los días que trabajarías y argumentaron su decisión.

Si bien varios representantes no están realmente de acuerdo con las medidas de los educadores, han tenido que aceptarlas porque la deserción docente alcanzó el 70 % en 2022 de acuerdo con cifras del Sindicato de Maestros (Sinvema).

“Mira, para que no tengan profesor, mejor que tengan uno aunque vaya un día”, afirmó Vargas a Efecto Cocuyo.

Finalmente, profesionales de la educación han reportado que cada vez es más cuesta arriba ejercer la docencia en sus escuelas.

El presidente de Sinvema de Distrito Capital, Edgar Machado, aseguró a principios de mes que al menos el 15 % de los docentes activos de la nómina en Distrito Capital ha manifestado que renunciará este año si el Estado venezolano no ofrece soluciones efectivas a la crisis.

“La educación está prácticamente por el piso. Yo vivo lejos, en Propatria y sin embargo no me pesa llegar acá. Esto me gusta, para esto soy maestra y atiendo 27 niños. Pero yo gano 150 bolívares quincenal y gasto 40 bolívares de pasaje diarios. No ganamos nada”, puntualizó una maestra del recién clausurado preescolar Simón Rodríguez, en Los Ruices, municipio Sucre del Área Metropolitana de Caracas.